Sobre nosotras
«Nuestro lugar está en las calles… Nos hacemos presentes en medio del mundo»: con esas palabras expresó nuestro fundador, P. José Kentenich, lo que él quería con el Instituto Secular «Nuestra Señora de Schoenstatt»: vida consagrada según los consejos evangélicos (pobreza, castidad, obediencia), y eso en medio del mundo, en una sociedad globalizada y ampliamente secularizada.
Nuestra comunidad internacional forma parte del Movimiento de Schoenstatt y vive también a partir de la espiritualidad de Schoenstatt.
El ideal y la forma de vida de nuestro instituto están encarnados en María, que vivió en medio del mundo entre los hombres y mujeres de su tiempo y compartió sus preocupaciones y dificultades, así como también sus alegrías. Por ello, unidas a María en una alianza de amor, abrazamos el camino del seguimiento de Cristo.
Todas las que formamos este instituto seguimos ejerciendo nuestras respectivas profesiones. Cada una de nosotras se compromete en su profesión a ayudar, desde su consagración a Dios, a configurar su entorno según el espíritu de Cristo. Al igual que María, todas queremos acompañar hoy a Cristo como colaboradoras. De ese modo, incorporamos nuestra vida cotidiana como contenido de nuestra oración y procuramos imprimir al mundo el rostro de Cristo para así vincular el mundo a Dios. La vida espiritual y el compromiso apostólico se condicionan y complementan mutuamente.
¿Cómo vivimos?
Como la gran mayoría de las que formamos nuestro instituto, vivimos en nuestras propias casas desde donde ejercemos nuestra profesión y apostolado. Los contactos personales, los encuentros periódicos y el acompañamiento espiritual continuo resultan ayudas irrenunciables. La fuerza para estar a la altura de este múltiple compromiso la obtenemos tanto de la identificación con la misión del Instituto como de la fuerte vinculación a la comunidad, que se comprende a sí misma como familia.