Maria Hilfrich
(1889-1965)
«Solo Dios basta.»
Maria Hilfrich nació el 15 de mayo de 1889 en Siershahn, en la región de la Cordillera del Taunus. Fue docente y fundó en 1926 una escuela de formación profesional para mujeres jóvenes. Fue una de las primeras mujeres en las ramas femeninas del Movimiento de Schoenstatt, donde desempeñó por largo tiempo tareas de responsabilidad.
Por su colaboración en Schoenstatt y sus convicciones religiosas fue objeto de las sospechas de la Gestapo. En el referéndum de 1938 para la anexión de Austria entregó una papeleta en blanco. A raíz de lo que enseñaba en sus clases, que iba en contra de los valores nacionalsocialistas, fue trasladada a otro lugar de trabajo. Finalmente, el 5 de noviembre de 1942 fue encarcelada. En marzo de 1943 fue deportada sin juicio previo en «prisión preventiva» al campo de concentración de mujeres de Ravensbrück, donde fue incorporada a una columna de trabajos forzados en la empresa Siemens. Allí procuró acompañar y ayudar a otras prisioneras. Por ejemplo, a pesar de que las visitas estaban prohibidas, se preocupó reiteradamente de asistir en su lecho de muerte a Lotte Holubars, otra integrante del grupo de mujeres que estaban en camino de formar el futuro Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt. A pesar de las difíciles circunstancias de vida del campo de concentración, que implicaban humillación, hambre, nostalgia e injusticias, se destacó por una profunda y auténtica espiritualidad, que determinaba su forma de actuar.
El 21 de abril de 1945 fue liberada del campo de concentración y regresó a casa por azarosos caminos. En julio llegó a Niderselters y comenzó a trabajar nuevamente en la escuela primaria de Siershahn, donde fue directora de 1947 a 1955. Murió el 1 de octubre de 1965. El ayuntamiento de Siershahn le otorgó a título póstumo la ciudadanía de honor de la localidad.